Restaurante Amar, calidez y tranquilidad a orillas del Mediterráneo
El calidez e inmensidad del Mar Mediterráneo es la estampa que día tras día contempla todo aquel que trabaja y visita el restaurante Amar, ubicado en Benicàssim, una de las joyas turísticas de Castellón. La sensación de calma es innegable y es uno de los principales atractivos de este negocio, además de su gastronomía mediterránea, pero no el único.
“La división de tareas es fundamental en un espacio gastronómico para ofrecer a cada comensal una atención más personalizada”
Como muchos, José Vicente Giménez, jefe de sala de Amar, se embarcó en la aventura de la hostelería en los años 90 para ganar un dinero extra mientras era estudiante sin imaginarse que se convertiría en su oficio. Ya lleva cerca de 20 años en el restaurante y asegura que se despierta cada mañana con la misma ilusión del primer día y con muchas ganas de reencontrarse con compañeros, comensales y el Mediterráneo.
José Vicente tiene una disciplinada rutina que repite cada día. Antes de llegar al restaurante, revisa las reservas y ya en sala analiza con detalle si entre los comensales del día hay alguno con intolerancias o alergias, además de organizar las mesas y asignar los camareros. “La división de tareas es fundamental en un espacio gastronómico para ofrecer a cada comensal la atención más personalizada posible”, asegura.
José Vicente lo tiene claro, para él, el cliente vuelve a un restaurante por el servicio. “En este servicio no solo interviene el personal de sala, sino también el de cocina. Es un tándem en el que ambas áreas trabajan de forma conjunta, coordinada, como si fuesen las ruedas de una bicicleta, en la misma dirección, para que todo funcione de categoría”.
